El primer punto afirma: "el mandato democrático obtenido en las pasadas elecciones del 27 de septiembre se basa en una mayoría de escaños de las fuerzas parlamentarias con el objetivo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente con una amplia mayoría soberanista en votos y escaños que apuesta por la apertura de un proceso constituyente no subordinado".
El segundo punto declara "solemnemente" el inicio del proceso de creación del Estado catalán. En tercer lugar la propuesta proclama la "apertura de un proceso constituyente ciudadano, participativo, abierto, integrador y activo para preparar las bases de la futura constitución catalana". La resolución acaba instando al futuro Gobierno a "adoptar las medidas necesarias para hacer posible estas declaraciones".
Los dos grupos han optado por dejar claro que no obedecerán las resoluciones judiciales que vayan dirigidas a suspender este proceso. "Como depositario de la soberanía y expresión del poder constituyente, reiteramos que este Parlament y el proceso de desconexión democrática no se supeditarán a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional" al que ven "deslegitimado". Por esta razón llama al futuro Gobierno a cumplir "exclusivamente" las normas o mandatos que emanen del Parlamento catalán "para blindar los derechos fundamentales que puedan estar afectados por decisiones de las instituciones del Estado español".
El último punto declara la "voluntad de inicio de negociaciones para hacer efectivo el mandato democrático de creación de un Estado catalán independiente en forma de república". También "pone en conocimiento" del Estado y de la Unión Europea y el conjunto de la comunidad internacional.
La propuesta entre Junts pel Sí y la CUP se acabó de negociar anoche y esta mañana ha sido presentada por los dos grupos en el registro del Parlament. Aunque ambos partidos llevaban la aprobación de este documento en sus respectivos programas electorales ha sido la CUP quien más ha insistido en que dicho texto debía aprobarse en la primera sesión del nuevo Parlamento, antes incluso de la elección del presidente.
"Un acto de obediencia al pueblo de Cataluña"
Posteriormente, en rueda prensa , han explicado que la resolución aspira a sentar las bases de un nuevo proceso constituyente y la futura creación de un nuevo Estado. El texto, que previsiblemente se votará en un Pleno extraordinario la próxima semana, afirma que a partir de ahora el Parlament ya no se sentirá “supeditados” a las decisiones del Tribunal Constitucional al que consideran un órgano “deslegitimado” desde que dictó la sentencia del Estatuto de Cataluña. El convergente Josep Rull ha sido gráfico cuando ha expresado la esencia de la resolución: “Es un acto de obediencia al pueblo de Cataluña. A lo que la gente votó”. La propuesta de resolución ha recibido en la Mesa los votos a favor de Junts pel Sí y los votos en contra de Ciudadanos, PSC y Catalunya Sí que es Pot.
El acuerdo, sin embargo, no implica necesariamente que Junts pel Sí y la CUP estén más cerca de alcanzar un acuerdo sobre el futuro de la presidencia de la Generalitat cuyo primer debate de investidura está previsto para el 9-N. La CUP rechaza votar a Artur Mas y el proceso puede dilatarse hasta el 9 de enero. Pese a ello, la CUP ha confiado en que se dé con la persona “adecuada” y haya un acuerdo en la primera votación. “Nosotros seguimos trabajando con el calendario del 9-N”, ha afirmado Benet Salellas, diputado de la CUP, que ha subrayado la “altura de miras” de su formación. “La actual situación política debe estar por encima de siglas y personas”, ha remachado Salellas.
La CUP ha renunciado a la Declaración Unilateral de Independencia porque no hubo mayoría de votos independentistas el 27-S y por ello ha asumido buena parte de la hoja de ruta de Junts pel Sí, que parte de una declaración inicial del proceso para culminar 18 meses después en el referéndum de una constitución catalana. Albert Botran, diputado de la CUP, ha constatado por ello la “generosidad” de su formación en alusión a la DIU y a la inclusión del término “desconexión democrática” en lugar del de “desobediencia”. “Lo podemos decir en el lenguaje que queramos pero mucha alternativa a la desobediencia no hay”, ha agregado el diputado Albert Botran. “Hay que ejercer la unilateralidad porque siempre nos encontramos con un muro”.
Las dos formaciones han evitado expresamente realizar una comparecencia conjunta en el momento del registro de la propuesta de resolución para que la escenificación no generara malos entendidos. Pero su determinación es firme e irreversible. Raül Romeva, de Junts pel Sí, ha señalado cuando ha conocido la decisión de Mariano Rajoy de comparecer en rueda de prensa: “Lo escucharemos con todo el respeto pero tenemos muy claro lo que tenemos que hacer. El mandato democrático lo tenemos. Llevamos muchos años haciendo las cosas de forma pacífica, democrática y razonada”.
Los portavoces de las dos fuerzas independentistas han lanzado constantemente guiños a Catalunya Sí que es Pot, la formación que agrupa a Iniciativa, Podem y Esquerra Unida i Alternativa, para que apoyen la resolución al considerar que se pueden sentir identificados con las alusiones al proceso constituyente no subordinado al Estado. La mitad del grupo de izquierdas votó este lunes a favor de la investidura de Carme Forcadell como presidenta. La CUP considera muy positivo ese gesto porque a su juicio implica que Sí que es Pot comparte la idea de “romper con el Estado” de forma unilateral. Sin embargo, Joan Coscubiela, portavoz del grupo, ha afirmado que el texto “es una lectura tramposo de los resultados del 27-S”, que ignora “la situación de emergencia social y que intenta ocultar la corrupción que envuelve a Convergència. El diputado ha anunciado que presentarán su propio texto en el que volverán a reivindicar un referéndum que ya no apoya ninguna otra fuerza. En un tono firme, Coscubiela ha invitado a Forcadell a que se debata ese texto en la Mesa simultáneamente con el de Junts pel Sí y la CUP.
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