super FX

El chip Super FX fue uno de los múltiples chips coprocesador diseñado para la videoconsola llamada Super Nintendo que se incluyeron dentro de ciertos cartuchos de videojuegos para dicha consola, y la función de dicho procesador RISC (el cual trabajaba a 10,5 MHZ) era básicamente la de cumplir como acelerador de gráficos, permitiendo, entre otras cosas, mostrar mejoras gráficas como el hecho de que el jugador pudiese ver modelos y/o escenarios en tres dimensiones como fue el caso del videojuego llamado ”Star Fox” o “Stunt Race FX”.

Por otra parte, y, tal y como sucedió con otros chips similares al Super FX (como pueden ser el “Super FX 2” -que fue utilizado en videojuegos como “Doom”- o el DSP1 -utilizado para el videojuego llamado “Super mario kart”-), los cartuchos que disponían de estos con el objetivo de que los videojuegos de la Super Nintendo obtuviesen ciertas, digamos, mejoras en cuanto a calidad que sin estos chips no se podrían obtener, estos hacían uso de una serie de conectores adicionales dentro del cartucho haciendo uso de algunas conexiones que, normalmente, no eran utilizadas por otros videojuegos para esta misma consola.

Critican la falta de atención del sistema educativo a niños superdotados

FUENTE; http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1290461

El fracaso escolar que conlleva la falta de detección y atención a los niños con altas capacidades "pone en tela de juicio" la calidad del sistema educativo en Cataluña, según los autores del libro "Altas capacidades intelectuales. La asignatura pendiente".

Escrito por el psicólogo clínico Flavio Castiglione, junto a la pedagoga y logopeda Milagros Valera y al también psicólogo Leopold Carreras, el libro, presentado en Barcelona, cuestiona el sistema de enseñanza que no ofrece respuestas adecuadas a estos niños.

Tras veinte años de trabajo con niños de Altas Capacidades (AC) y superdotados, compartiendo la incertidumbre tanto de los alumnos como de sus familias, Leopold Carreras ha considerado que "ahora era el momento de decir qué está pasando".

Según los autores, "clama al cielo" que no haya una sola asignatura que incluya siquiera una breve referencia a estos alumnos en las carreras universitarias sobre docencia y pedagogía que se imparten en Cataluña.

A pesar de que todas las legislaciones educativas reconocen que los alumnos con AC tienen derecho a una intervención adecuada y ajustada a sus capacidades, los autores consideran que las prácticas escolares diferenciales sólo se han aplicado a alumnos que tienen alguna dificultad y no a los que destacan por sus buenas capacidades y elevado potencial, que se quedan sin la educación que necesitan.

Esta falta de atención puede implicar que el alumno termine su paso por la escuela con fracaso, síntomas de depresión y ansiedad, según la pedagoga Milagros Valera.

Para aplicar los recursos que permitirían a estos niños desarrollar sus habilidades son necesarios "maestros flexibles", capaces de aceptar los retos que conlleva la escolarización específica de estos alumnos, argumenta.

Según subraya, estos niños "enriquecen el aula" si son bien conducidos o terminan como el "bicho raro" de la clase, incomprendidos por sus compañeros o desapercibidos si el profesor es incapaz de detectarle o estimularle.

Para ellos, la responsabilidad de la administración no sólo es publicar las leyes educativas en las que se contemple la atención a estos niños, sino también velar para que los profesionales que tienen que cumplirlas estén suficientemente preparados y diseñar un proyecto marco, con los recursos necesarios para detectar, evaluar e intervenir en este ámbito.